Hola a todos,
Ayer comenzaron las tan esperadas rebajas y allí estábamos Ainoa y yo a ver qué se cocía por la capital. Gente por todas partes y bolsas por doquier.
Con la escusa de los cambios y devoluciones nos acercamos a Primark. Ese inmenso monstruo que ocupa una manzana de la Gran Vía y contiene en su interior cinco plantas de ropa y accesorios.
Impresionante. No sabes donde mirar. Prendas y más prendas y no se acaba nunca.
Gracias a Dios que nosotras solo le dedicamos una media hora, suficiente para hacernos con varias prendas para regalar.
A la salida la impresionante cola llegaba hasta la vuelta de la manzana. ¿Es posible que la gente espere para entrar? Un teatro, un cine, sí, pero ¿a una tienda?
En fin, si ayer era un mal día para las rebajas, no os digo este fin de semana. Suerte a todos.
Hasta pronto.